HUILA ABRE LAS PUERTAS A BOYACA

HUILA ABRE LAS PUERTAS BOYACA

Nací en la hidalga y señorial ciudad de Tunja (Boyacá), conocida también como la ciudad estudiantil, por el alto número de colegios que allí existen y el porcentaje significativo de estudiantes, además por que hace unos años atràs llegaba mucho estudiante de todo el país a la única universidad que en ese momento existía, pero que abría sus puertas a todo aquel que quisiera acceder a la educación superior, estoy haciendo referencia a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, una de las universidades más antiguas del país, con facultad de educación, además por el ambiente académico y cultural que allí se vive.
Inicie mis estudios en un Preescolar llamado Domingo Sabio, recuerdo que cuando mi madre fue a dejarme el primer día de clases, llore como si nunca fuera a salir de allí, pero la profesora era una persona cariñosa, comprensiva, además de muy pedagoga, con ella aprendí mis primeras letras tanto en la escritura como en la lectura, Clarita (así se llama mi primera maestra, madre del conocido pirry)
Curse mis estudios de primaria y secundaria en el colegio de Nuestra Señora del Rosario, el nivel de exigencia académico era muy alto, lo mismo que en la formación en valores y virtudes, ya que este colegio es orientado y dirigido por las Hermanas Dominicas Terciarias.
Terminado el bachillerato, me presente a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), a estudiar licenciatura en Química y Biología, ya que mis aspiraciones para estudiar laboratorio Clínico no se podían cumplir, El nivel de exigencia en la UPTC es bastante alto, puesto en aquella época sus egresados eran muy bien acogidos en cuanta empresa o colegio de todo el país, quiero aclarar que hasta esa fecha primaban las licenciaturas (había de todas las áreas), de las carreras de ingeniería había vías y transportes, metalurgia, agronomía, además de administración de empresas y enfermería, el paso por la universidad me aporto bastante conocimiento, pero soy una persona que considera que no debo quedarme allí nada más, soy inquieta en saber cada día un poquito más.
Al salir de la universidad desafortunadamente, en mi ciudad no había trabajo, por fortuna un colegio de Guadalupe (Santander) necesitaba profesor de Química y fui vinculada allí por horas cátedra pagas por el municipio.
Las condiciones laborales en Guadalupe, no satisfacían mis expectativas, entonces es aquí cuando inicia mi vida en el Huila, departamento que se caracteriza por la hospitalidad de sus habitantes, del aprecio por el trabajo bien hecho, por el sentido de responsabilidad y de compromiso, las referencias de un amigo hicieron que llegara a trabajar en un colegio privado de la ciudad de Neiva, en donde durante casi seis años recibí bastante capacitación tanto en el área, como en otros aspectos que enriquecen el actuar docente: al retirarme de allí logre vincularme con el sector oficial e ingrese a la Escuela Normal de Gigante, como es natural por sus pasillos circulan a diario la pedagogía, la didáctica, la metodología y entonces sentí que de estos aspectos estaba desactualizada y me sentía casi ignorante, entonces empecé a leer y a indagar sobre ellos, estando allí participe como co-investigadora de la Reestructuración de las Normales del departamento del Huila , en este proceso, tuve que leer y saber mucho de educación, de leyes, normas, currículo, pedagogía, didáctica, los compañeros me decían que “para que me mataba tanto si con ello no iba a ganar un título que me sirviera para ascenso en el escalafón”, que hiciera un postgrado, más yo insistí en permanecer allí por que compartía charlas académicas con un grupo de profesores idóneos de la Universidad Surcolombiana, tuve la oportunidad de asistir a foros internacionales de educación y pedagogía, compartir experiencias con otras Normales del país y esto me daba más que una especialización; además no me incomodaba puesto que me considero una asidua lectora, ya que en mi casa siempre ha existido la cultura de leer y existe un considerable número de libros tanto de literatura como de otras disciplinas; en la Normal dure cerca de diez años, pero llegó el momento que sentí que mi ciclo en esa institución y en ese municipio ya había pasado, empecé a buscar mi traslado, que gracias a Dios se dio en el mes de marzo para la Institución Educativa Roberto Suaza Marquinez del municipio del Hobo, un colegio que por la naturaleza y condiciones del municipio los estudiantes tienen unas características especiales, como su sencillez personal, el grado de afectividad de poseen, las necesidades de comprensión y orientación, y de construcción de su proyecto de vida.
Los invito a realizar un pequeño recorrido por los departamentos de Boyacá y Huila.

MARTHA LIBIA ANDRADE ORTIZ.
Estudiante de Maestría, segunda cohorte